La dicotomía mente-cuerpo es algo que se ha venido teorizando desde la antigüedad. Podemos decir que se ha concluido que cuerpo y mente es una unidad que busca constantemente estar en equilibrio, donde el cuerpo rige a la mente tanto como la mente al cuerpo. Desde esta perspectiva no podemos dejar de pensar al deportista en su integralidad, donde su mente y cuerpo están al servicio del deporte.
Entonces qué aporta la psicología deportiva (PD), qué es lo que tiene para colaborar y decir al deportista?
La PD trabaja en pos de optimizar el rendimiento del deportista a través de sus pensamientos, sus emociones y su estructura cognitiva. Sabemos que pensamientos y emociones influyen directamente en nuestras conductas, pero igualmente cuando pensamos en entrenamiento deportivo dejamos afuera el entrenamiento mental. Ignorando el impacto que puede tener para su desarrollo como deportista.
Como toda ciencia derivada de la psicología, trabajará con el conocimiento de uno mismo, por lo que saber quién soy, cómo me he ido constituyendo y hacia dónde voy, serán el punto de partida y la base para el entrenamiento mental. Pero además, trabajará con las variables psicológicas que se ponen en juego a la hora de realizar un deporte o actividad física.
Para alcanzar un buen rendimiento no es suficiente estar en óptimas condiciones físicas y técnicas sino que es necesario poner en funcionamiento todos los recursos que tenemos disponibles en nuestra mente. Algunos de estos recursos son la confianza, el foco atencional, la motivación y el control de las emociones. Estas son variables que interaccionan entre sí y que serán determinadas por la personalidad, el deporte y el contexto de cada uno de los deportistas.
Al entrenarnos mentalmente conseguiremos fortalecernos como deportistas ya que conoceremos más de nosotros, aumentaremos nuestra autoconfianza, reforzaremos nuestra motivación, podremos anticiparnos a las diferentes dificultades deportivas que se nos planteen y por ello sabremos resolver mejor las situaciones difíciles, logrando así obtener nuestro mejor rendimiento.
El trabajar junto con un PD nos ayudará a tomar contacto en cómo influyen nuestros pensamientos, a fin de poder elaborar nuestra propia estrategia para evitar ideas o pensamientos contaminantes, los cuales se traducen al cuerpo como falta de concentración o pérdida del foco atencional, o en ansiedad que producirá cambios orgánicos-físicos.
También re construyendo lo que hemos aprendido a actuar emocionalmente ante cierto estímulo, para que al aflorar la emoción, no sea una emoción perjudicial a mi actividad o tarea a desarrollar.
Aprendiendo o re aprendiendo a automatizar la óptima señal que la mente debe de enviar para ejecutar con destreza la técnica, para que la misma sea enviada lo más ajustada a la necesidad de desempeño que la actividad requiera.
Por ello la labor será desde los pensamientos y las emociones con su correspondiente traducción en lo físico y en el dominio deportivo de la tarea.
El trabajo con un PD siempre será un trabajo de elaboración conjunta con el deportista, ajustado a las necesidades de este y tomando como base la integralidad de la persona. El psicólogo con su bagaje teórico y su continua búsqueda en el conocimiento del otro, pondrá a disposición todo su saber para poder sostener y colaborar en la construcción de un deportista que consiga alcanzar y mantener un óptimo rendimiento.