El rendimiento deportivo está condicionado por factores psicológicos pero también por factores físicos, que pueden afectar, no solamente en lo orgánico, sino también en lo mental. Y cuáles son estos factores del orden de lo físico que afectan lo mental? Hoy vamos a hablar de uno de ellos que es la nutrición, la importancia de la alimentación e hidratación.
Toda actividad que realizamos en la vida cotidiana necesita de cierta cantidad de energía. Cuando además agregamos la realización de una actividad física o deportiva la demanda de energía será mayor, ya sea antes, durante o después de los entrenamientos y competencias.
Si bien un plan alimenticio debe ser elaborado en conjunto con un nutricionista deportivo, ya que cada actividad física o deportiva tendrá requerimientos nutricionales diferentes por lo que las necesidades nutritivas de cada deportista también serán diferentes, es importante entender la relación que hay entre una adecuada dieta y un buen rendimiento.
Una alimentación equilibrada va a preparar mejor a nuestro cuerpo y mente para el desgaste que tendrá al realizar la actividad deportiva. El organismo precisa energía para optimizar las adaptaciones durante los entrenamientos, recuperarse adecuadamente de los esfuerzos y no obstaculizar los procesos mentales con fijaciones en nuestro sistema orgánico. Aparte de mantener la salud de la persona, conseguir una contextura física óptima y alcanzar así el rendimiento buscado.
La mayor fuente de energía la obtenemos de los alimentos que consumimos, por lo que es fundamental contar con hábitos alimentarios sanos que favorezcan el mantenimiento de una adecuada ingesta de nutrientes. Además de las necesidades energéticas del deporte que se practique y de las características individuales del deportista, es necesario adecuar el plan nutricional elaborado a nuestra rutina cotidiana y posibilidades económicas.
Existen también algunas otras recomendaciones que realizan los nutricionistas y que están muy relacionadas con la incorporación de buenos hábitos, respecto a los momentos para la ingesta de comida, como cuánto tiempo antes y cuánto tiempo después de la competencia debemos de consumir alimentos. Este último representa un valor importante tanto como la ingesta previa, ya que se encargará de recuperar nuestras reservas energéticas y asi lograr una mejor recuperación para la próxima actividad.
Dentro de nuestro plan nutricional debemos de contemplar no llegar a un desbalance de energía, que puede darse por energía consumida mayor a energía gastada o energía consumida menor a energía gastada. Este desbalance nos va a hacer sentir cansado/a, sin fuerzas, incomodo/a, con poca capacidad de concentración y atención, lo que va a alterar nuestra coordinación motora y cognitiva produciendo un desempeño inferior al esperado. Esto puede llevarnos a vivir la competencia como una experiencia negativa, incluso sentirla como un fracaso, ya que los resultados obtenidos son muy diferentes a los entrenados o planificados. Esto impactará directamente en nuestra confianza y motivación, ya que estaremos adjudicándole un valor negativo a nuestras propias capacidades o asignándole a la falta de entrenamiento el bajo desempeño. Esto ocurre por no comprender correctamente el por qué no estamos rindiendo como deberíamos, asignándole a la falta de entrenamiento el bajo desempeño, lo que en realidad está dado por no haberle asignado el lugar que le corresponde a nuestra alimentación. Una alteración producida por una dieta inadecuada nos puede llegar a representar el lugar en donde estamos poniendo nuestra atención durante la competencia, y ello nos llevará no solo a cambiar el foco atencional a un lugar no propicio para nuestro mejor desempeño sino que aumentar la exposición a lesiones o enfermedades.
Contar con buenos hábitos y prácticas alimenticias es fundamental para lograr que nuestro organismo funcione al 100 % contribuye a que nuestro desempeño deportivo pueda desarrollarse de la mejor manera física y mental.
Es por ello que el trabajo en equipo con otras disciplinas es necesario para lograr el mayor potencial que cada deportista tiene para brindar.